Una enfermera les dice a unos padres que acaban de perder a su recién nacido en el hospital que no regresarán solos a casa

Abr 24, 2019 by apost team

Aunque tener un bebé es un proceso gratificante para todos los padres, parece que algunas parejas la tienen más fácil que otras. El perder un hijo antes o poco después del nacimiento es una de las cosas más difíciles que un padre o una madre pueden enfrentar. Hasta la sola idea de perder a un hijo pequeño puede ser traumática.

Como muchas otras parejas jóvenes, Josh y Katie Butler estaban emocionados de comenzar una familia. Cuando la pareja se enteró sobre el embarazo de Katie, los dos estaban eufóricos. Con ilusión comenzaron a planear su futuro como una familia. Trágicamente, Katie recibió malas noticias cuando llegó a su semana número 20 de embarazo.

Aunque los doctores no pudieron dar un diagnóstico en concreto, encontraron varios problemas de salud en el bebé.

A pesar de todos estos desafíos, Katie estaba determinada a tener un embarazo exitoso. Aunque la pareja esperaba un proceso difícil, no sabían qué esperar al final. Durante los próximos meses, Katie tuvo que visitar el hospital cada semana para que los doctores pudieran monitorear la salud y el crecimiento del bebé.

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Después de un embarazo y parto exitosos, el bebé Dewey llegó al mundo. Al haber monitoreado su condición por meses, los doctores supieron cómo tratar de inmediato a Dewey. El pequeño fue llevado al Monroe Carell Jr Children's Hospital en Nashville. Dewey pasó muchas de sus primeras semanas en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Cuando Dewey tenía 132 días de nacido, los doctores tuvieron que ponerle un tubo para poder alimentarlo debido a una cirugía próxima.

Desafortunadamente, el pequeño corazón de Dewey no pudo soportar el procedimiento. A pesar de la terrible pérdida, Katie y Josh no iban a dejar el hospital sin un bebé. Una enfermera le pidió a la pareja que la acompañara al quinto piso. La enfermera les presentó a un bebé que necesitaba desesperadamente a una madre y a un padre.

Brax era el nombre del bebito que nació a las 27 semanas. El pequeño de 11 meses no había visto la vida fuera del hospital. Brax tenía hipertensión pulmonar, insuficiencia respiratoria crónica y dependencia a un respirador. Sin embargo, la salud de este pequeño guerrero estaba mejorando.

Katie había estado orando para tener otro bebé después de probar cómo era la maternidad por primera vez. Tan pronto como la pareja se enteró sobre Brax, supieron que adoptar al niño era la opción correcta. Era claro que Dios había encaminado a la pareja hacia esa dirección. Con la ayuda de la considerada enfermera, Katie y Josh finalmente tuvieron a su bebé.

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