Un perro de refugio traumatizado les tiene miedo a los humanos. Pero una noche con su nuevo hermano lo cambia todo.

Feb 28, 2019 by apost team

Mason sabía que quería una mascota. Pensó en un erizo, pero son difíciles de abrazar. Quienquiera que fuera su nuevo amigo, iba a darle todo el amor y cuidado que necesitara. Así que Mason, de 15 años, decidió que quería un perro y comenzó con la búsqueda.

Después de checar sitios web locales, Mason vio una foto de un pequeño perrito con una mirada solitaria. La gente del refugio le dijo a la familia que el perrito había pasado la primera parte de su vida atado a un árbol. Había sido maltratado y aprendió a tenerles miedo a los humanos. Mason supo que este perrito necesitaba un hogar, así que lo adoptó y lo llamó Hedgie.

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El primer día en su nuevo hogar no fue bueno. Hedgie estaba convencido de que iba a ser lastimado. Huyó a la mesa más cercana y permaneció agazapado todo el día. Pero las cosas estaban a punto de cambiar. Mason se llevó a Hedgie a su habitación y lo dejó dormir en su cama. A la mañana siguiente, los dos estaban acurrucados uno junto al otro, y desde entonces han sido inseparables.

Mason finalmente consiguió la mascota que tanto quería, y Hedgie finalmente obtuvo el amor que merecía. Pasan todo su tiempo juntos. Mason le enseñó a su amigo a hacer todo tipo de trucos, como hablar al mando y chocar los cinco. Hedgie era un perrito listo y aprendió todo muy rápido.

Pasaron algunos meses, y la familia se dio cuenta de que Hedgie tenía problemas para caminar y para comer. Lo llevaron al veterinario y le dijeron que tenía megaesófago y miastenia gravis. El veterinario les recomendó sacrificar al perrito porque sus problemas necesitarían muchos cuidados. Mason y su familia sabían que esa no era una opción.

Compraron una silla especial para que Hedgie se sentara cuando comiera. Esta utiliza la gravedad para ayudar a los perritos con megaesófago para tragar, ¡y funcionó de maravilla! Mason tuvo que ayudarle un poco a Hedgie, pero no le importó.

Aunque Hedgie ya está grande, él y Mason siguen siendo igual de cercanos como cuando era un cachorrito. Siguen durmiendo en la misma cama y siguen siendo los mejores amigos. Hedgie ahora necesita más espacio para dormir, pero Mason está feliz de compartirlo con él.

Los días de tristeza, miedo y soledad para Hedgie han quedado atrás, ya que alguien pudo ver que merecía amor y cuidados. ¡Un poco de bondad transformó a un cachorro asustado en un mejor amigo y le dio a un chico el amigo más leal del mundo!

¿No son tiernos Mason y Hedgie? ¿Tienes mascotas? Si es así, cuéntanos si comparten un lazo especial. ¡No olvides compartir esta historia con tus amigos amantes de los animales!