Un perro callejero pasó casi toda su vida esperando que algún conductor lo recogiera, hasta que sucedió un milagro

Abr 06, 2020 by apost team

Howl of a Dog es una organización de rescate de animales que funciona en Rumania. Hace poco, el personal de la fundación pasó un tiempo en una zona rural de ese país, participando en una campaña de castración. Pero de repente se encontraron con Remy, un adorable perro que no tenía hogar. Lamentablemente, era obvio que Remy había tenido una vida difícil, e incluso había sido marcado con hierro ardiente. Ningún habitante del pueblo quería adoptar al amigable y energético perrito.

Según Howl of a Dog, al perro lo marcaron con hierro al rojo vivo, como si fuera ganado. En la zona existe la creencia de que quemarle la nariz a los perros los ayuda a reforzar su sistema inmunológico y asegura que no contraigan moquillo. Por supuesto, no existen estudios médicos que demuestren que eso sea cierto. En realidad es simplemente una cruel superstición, que provoca daños físicos innecesarios y, muy probablemente, también daños mentales.

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Al perro también le arrancaron la parte superior de la oreja izquierda. Nadie sabe por qué sucedió eso, pero la marca y el hecho de que no tuviera hogar conmovieron a los trabajadores de Howl of a Dog. Sin embargo, la situación del perrito no tocó el corazón de los habitantes del pueblo, al menos no lo suficiente para que alguno de ellos quisiera adoptarlo. Al parecer, en esa zona los perros suelen ser considerados como "inútiles", a menos que puedan servir como perros guardianes o algo similar. Que sean amigables o adorables es totalmente irrelevante para ellos.

Durante todo el tiempo que Howl of a Dog estuvo en la región, Remy corría hacia los miembros del personal, moviendo constantemente su cola, jugando y siendo muy amigable. Aunque vagaba por el pueblo, parecía pasar mucho tiempo fuera de una pequeña tienda de comestibles. Todos los días, la mujer que trabajaba allí le daba de comer. Sin embargo, parece que ni ella ni nadie en el pueblo conocía la historia de Remy.

Cuando los miembros de Howl of a Dog entendieron que nadie en ese pueblo quería a Remy, se lo llevaron a su sede y se encargaron de esterilizarlo, vacunarlo y ponerle un microchip. Ahora están buscando un hogar cariñoso que quiera adoptarlo, y no necesariamente tiene que ser en Rumania. Puede ir a otro lugar de Europa, a Canadá o a los Estados Unidos

¿Conoces a alguien que haya adoptado a un perro o a un gato callejero como Remy? ¿No te parece extraño que alguien sea capaz de abandonar a una criatura tan cariñosa?