Un hombre visita la prisión con un perro de asistencia, pero el perro sale corriendo hacia la reclusa

Ene 21, 2019 by apost team

Se sabe que los perros cambian la vida de sus dueños para mejor. Y el hecho de que los perros no sean conscientes de su impacto en la vida de los demás hace que sus acciones sean todavía más especiales.

Se sabe que los perros nos consuelan cuando estamos solos, nos saludan ansiosos cuando entramos por la puerta después de un largo día de trabajo e incluso salvan unas cuantas vidas.

El perro de esta historia se llama Pax. Pax es un perro de asistencia que ha aportado un gran valor a la vida de un militar discapacitado. También dio fuerza a una reclusa encarcelada en un centro penitenciario.

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Bill Campbell es un veterano de guerra que sufrió lesiones que le causaron una discapacidad del 100 por ciento. Hubo un tiempo en que sus amigos y familiares se preocupaban mucho por su estabilidad emocional y su calidad de vida. Ambas cosas mejoraron mucho cuando Bill recibió a un golden retriever llamado Pax.

Bill atribuye a Pax el haberle dado la fuerza necesaria para volver a vivir después de todo el drama que sufrió en Irak.

Bill quería dar las gracias a la mujer que entrenó a Pax. Para hacerlo, tendría que viajar al centro penitenciario Bedford Hills. La interna entrenadora se llamaba Lauri.

Pax obviamente recordaba su tiempo en el centro penitenciario. Su cola se movía de un lado a otro y estaba claramente contento. Cuando vio a Lauri, corrió inmediatamente hacia ella. Lauri se sentía igualmente feliz al ver a Pax y le dio un fuerte abrazo. Lauri también abrazó a Bill. con quien compartía su amor por Pax.

Lauri llevó a Bill a la sala donde las internas entrenaban a los perros. Ella le explicó a Bill que él no era la primera persona a la que Pax salvaba.

Lauri explicó que sabía que Pax lo haría bien cuando le dijeron que lo entrenarían como perro de asistencia para personas con estrés postraumático. Ella dice que se quedó muy triste cuando el perro tuvo que irse de la instalación. Afirmó que Pax le había hecho sentirse libre en un lugar donde se suponía que eso no debía suceder.

Lauri explicó que aunque se sentía triste por la pérdida de Pax, saber que él le daría a alguien más el consuelo que una vez le había dado a ella traía alegría a su alma.

Lauri y Bill son ahora dos personas felices con una experiencia compartida. Y Pax es un perro que ha salvado dos vidas.

¿Qué piensas del efecto sanador que produce Pax? Comparte este artículo con todos aquellos amantes de los perros que conozcas. ¡Seguro que les hará sonreír!