Según una investigación, las mujeres se convierten en sus madres a partir de los 33

Ago 16, 2019 by apost team

Crecer para dejar de ser un tierno niño y entrar de lleno en la adultez puede ser algo bueno y malo. Cuando somos jóvenes estamos como en un curso para principiantes en el que logras aprender cosas nuevas sobre ti cada día. Utilizas el ensayo y el error hasta que logras hacerlo bien. Aceptas tus errores y no les tienes miedo porque sabes que tus padres te cubren las espaldas.

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Luego de que terminas la escuela y te mudas de casa de tus padres, comienzas tu vida de adulto. Si todavía estás en tus veinte, aún está bien que experimentes y pruebes cosas nuevas. Sin embargo, recuerda que tienes que ser independiente y aprender a defenderte por tu cuenta. Por lo tanto, no deberías andar demasiado libre experimentando por ahí. Modérate. Tanto si eres una mujer como si eres un hombre, el tiempo vuela cuando estás en los veinte. Antes de que te des cuenta, ya estás en tus treinta. No obstante, llegar a esta edad no es tan malo como crees. Es en este momento cuando empiezas a desarrollar conductas raras y sorprendentemente familiares.

Un día te despiertas para realizar tus tareas como de costumbre hasta que, de pronto, algo sale mal. Podría suceder que te golpees el dedo pequeño del pie con el borde de la pared o que se te caiga un vaso de vidrio y se rompa en pedazos. Cuando algo así ocurre, es posible que te molestes y comiences a decir malas palabras.

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Este es el momento exacto en el que te vienen todos tus recuerdos y empiezas a preguntarte: "¿Dónde he escuchado esta frase antes?". Luego, mientras sigues con tus actividades del día a día, comienzas a ir más profundamente preguntándote dónde has escuchado antes esa frase conocida. Te sirves un vaso de agua y te relajas. Entonces, cuando empiezas a tomar el agua, finalmente te das cuenta de que esa frase era algo que tu madre diría al enfrentarse a la misma situación de frustración.

A pesar de que esto suene muy gracioso, no hay otra explicación que el hecho de que finalmente estás asumiendo el mismo carácter que tu mamá. De hecho, eventualmente serás igual a tu mamá. Sí, eso que has temido durante todos tus años de adolescencia comienza a ocurrir.

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Según un estudio llevado a cabo por The Harley Medical Group, se descubrió que las mujeres que están por encima de los treinta comienzan a asumir los rasgos de la personalidad de su mamá sin darse cuenta. Estos comportamientos de imitación incluyen principalmente pasatiempos similares, el uso de frases y refranes parecidos, así como ver o disfrutar de un tipo de entretenimiento igual.

La misma investigación demuestra que este cambio médico y psicológico probablemente ocurre en un único punto de tu vida. Un cirujano llamado Julian De Silva de Harley Street llevó a cabo un estudio que abarcó dos mil sujetos de prueba, mujeres y hombres. El objetivo principal del estudio fue observar la correlación conductual entre hombres y mujeres. Los resultados que se obtuvieron fueron sencillamente sorprendentes.

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El doctor Silva descubrió que las mujeres comienzan a asumir algunos de los hábitos conductuales de sus madres una vez pasan los 30. Estos rasgos de la personalidad consisten principalmente en actitudes, gustos, hábitos, formas de hacer las cosas, reacciones e incluso pensamientos en cierta medida. Es posible que todo esto ocurra de forma gradual sin que tengas siquiera idea de que estaba dentro de tus posibilidades.

Sin embargo, el estudio no avanza demasiado en explicar por qué ocurre esto exactamente durante los treinta o tal vez solo carece de evidencia sólida que demuestre un claro motivo. Por lo tanto, es sano decir que la razón permanece oculta, pero algunos científicos siguen buscándola de forma que puedan encontrar una clara explicación al fenómeno.

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Más allá de la razón de fondo, el estudio demuestra que la correlación conductual es mucho más evidente en mujeres, en especial en aquellas que ya tuvieron un primer hijo. La edad promedio en la que esto tiene mayores probabilidades de ocurrir es a los 30,05 años.

La razón por la que el estudio sigue siendo algo válido es gracias a la cantidad de sujetos que utilizó. El doctor Silva trabajó con dos mil participantes. Esta es una cantidad bastante grande. Adicionalmente, más de la mitad de las participantes mujeres admitió que ya se había dado cuenta de la correlación con la conducta de su madre luego de que alcanzara los 30 años.

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Curiosamente, en tus veinte es muy poco probable que te comportes como tus padres porque sigues estando en ese estado de rebeldía. Este es una conducta que la gente desarrolla para distanciarse de los rasgos de la personalidad de sus padres e ir tras sus intereses como una forma de establecer una identidad propia.

El estudio también demostró que lo mismo ocurre en hombres, aunque en este caso se descubrieron diferencias más sutiles. Los hombres tienden a asumir las características de su padre en la mitad de sus treinta. Ademas, no copian exactamente a su padre en cada aspecto. Sin saberlo, la mayoría de los hombres compartirá la misma visión política que su papá.

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El estudio también reveló que solemos parecernos más y más a nuestros padres a medida que envejecemos. Por esta razón algunas personas optan por cirugías estéticas para retrasar el proceso por la mayor cantidad de tiempo posible.

No obstante, no nos parece que sea algo malo el hecho de que te parezcas a tus padres. Simplemente observa en quién te has convertido gracias a la forma en que te criaron. Sí, cometieron sus errores, ¿pero tú nunca te has equivocado? También has cometido unos cuantos errores en tu vida. Entonces, ¿por qué no dejas de actuar de forma tan dura con tus padres?

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¿Eres un hombre o una mujer en sus treinta? ¿Crees que te pareces a alguno de tus padres bien sea físicamente o por el comportamiento? ¡Cuéntanos qué opinas en los comentarios y no dudes en compartir este artículo con tus padres!