La deshidratación no solo te hace sentir enfermo - también te hace subir de peso

Oct 27, 2018 by apost team

¿Sientes que tu cuerpo está intentando decirte algo a través de cómo se ve, se siente, y se comporta, pero no sabes lo que es? Podría ser la deshidratación lo que te está haciendo sentir enfermo y pesado.

Cuando se menciona la palabra "deshidratación", muchas personas piensan en un atleta que se ha ejercitado en exceso, en alguien que está perdido en el desierto o en una persona que tiene un virus. En realidad, la deshidratación es algo que puede afectarnos a todos en nuestra vida diaria.

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Nuestras dietas muchas veces son las culpables. La persona promedio consume muchos líquidos durante el día, pero el problema es que la mayoría de estos líquidos son contraproducentes para la hidratación. Los refrescos, los jugos, los cafés y los tés están cargados de azúcares, cafeína, sal, jarabes y conservadores. Estos elementos no solo no te hidratan, sino que también podrían deshidratarte absorbiendo agua de tus células que ayudan a metabolizarlas y excretarlas.

También existen alimentos que deshidratan, tales como los alimentos azucarados que absorben agua de nuestras células para ser metabolizados. Jillian Michaels tiene una excelente lista de alimentos comunes que deshidratan el cuerpo.

Cuando estás deshidratado, tus órganos no pueden operar de manera eficiente y efectiva. Las neuronas no están coordinando y no procesan la información rápida y adecuadamente. Tus células no funcionan y se dividen como deberían. La digestión se vuelve lenta, lo que provoca constipación, inflamación y gases. Hasta la calidad del sueño puede verse impactada por la deshidratación.. Echemos un vistazo a cómo la deshidratación puede estar afectando a tu cuerpo:

Seguramente te sentirás fatigado, estresado y adormecido si estás deshidratado. ¿Sabías que tu cerebro está compuesto en un 75% de agua? Sin agua, la lentitud de las actividades enzimáticas causa fatiga y cansancio mental y físico. WebMD explica el círculo vicioso de cómo es que el estrés puede deshidratarte y la deshidratación puede causar más estrés.

Cuando estás completamente hidratado, tu sangre tiene un 92% de agua. La sangre deshidratada es más gruesa y por lo tanto es más difícil bombearla para tu corazón. Esto puede causar hipertensión. La deshidratación también genera producción de colesterol para contrarrestar la pérdida de agua en tus células.

Como contramedida a la deshidratación, tus vías respiratorias empiezan a restringirse con el objetivo de prevenir la pérdida de agua. Esto puede causar respuestas alérgicas y asmáticas, especialmente con aquellos que sufren de enfermedades respiratorias. La deshidratación también estimula la producción de histamina en niveles de saturación.

Sin suficiente agua para filtrar a través de las vejigas y los riñones, los desechos ácidos y las toxinas se multiplican y se estancan. Esto puede crear infecciones, inflamaciones, incomodidad y dolor.

Tu estómago necesita agua y calcio, magnesio y otros minerales alcalinos para funcionar apropiadamente. Desde úlceras y reflujo hasta gastritis, la deshidratación puede generar muchos problemas dolorosos e inflamatorios en el estómago.

Tu colon requiere una cantidad significativa de agua para sacar los desechos del cuerpo. La constipación, los gases y la inflamación ocurren cuando se desechan lentamente o incluso se quedan en tu cuerpo. La constipación crónica provoca todo tipo de problemas secundarios, incluyendo hemorroides, fisuras anales y prolapso rectal.

Como tus riñones, tu piel también elimina las toxinas de tu cuerpo. Pero no puede hacer este proceso adecuadamente si no tiene suficiente agua, lo cual te deja propenso a las infecciones. La deshidratación también incrementa la probabilidad de padecer psoriasis, dermatitis y envejecimiento prematuro de las células de la piel.

Tu sistema óseo es de aproximadamente un cuarto de agua. El relleno de tus articulaciones, llamado cartílago, se compone principalmente de agua. Cuando estás deshidratado, tu sistema óseo se debilita y es incapaz de amortiguar las articulaciones para prevenir la fricción y el dolor.

En total, tu cuerpo se compone de 75% de agua, lo que significa que tus células dependen del agua como su primera fuente de energía. Tus células tienen sed y mandan señales a tu cerebro si no tienen un suministro adecuado de agua. Muchas personas confunden estas señales con hambre, por lo que ingieren alimentos o beben otros líquidos en vez de beber agua.

Mientras tanto, estas células no estarán satisfechas y seguirán mandando señales, lo que hará que comas más o bebas más refresco. Esto continúa hasta que tus células obtienen el agua que necesitan y todo lo que has hecho es cargar tu cuerpo con calorías que no querías ni necesitabas.

La deshidratación no solo envejece tu piel. También causa que tus órganos tengan dificultades y envejezcan más rápido.

Algunas investigaciones han demostrado algunos hechos relacionados con los beneficios que puedes obtener con tu peso si eliges beber más agua, incluyendo:

• El beber 500 ml de agua con cada comida te ayudará a controlar las porciones de tu consumo de calorías.

• El beber agua fría o a temperatura ambiente puede acelerar tu metabolismo y te ayuda a quemar calorías.

• Si en promedio una lata de refresco tiene 35 gramos de azúcar y alrededor de 140 calorías, el incrementar tu consumo de agua en 1.5 litros por día quema 18,000 calorías extras al año.

La intoxicación de agua ocurre cuando bebes tanta agua que tus niveles de sodio caen a niveles peligrosos y tus riñones no pueden seguir excretando el agua. Sin embargo, esto es muy raro y ocurre principalmente cuando bebes mucha agua en un corto periodo de tiempo.

Ten en mente que no hay un estándar universal de cuánta agua debes beber ya que se deben considerar muchos factores como tu edad, el clima, tu peso, tu nivel de actividad y más. Bebe cuando te sientas sediento, y elige el agua como tu fuente de hidratación.

¿Te gustó este artículo sobre la deshidratación? Si es así, pon esta información en práctica y compártela con tus amigos y familiares que no se hidratan de manera adecuada.

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