Este hombre siempre se burlaba de los perros pequeños ¡Hasta que conoció a uno

Mar 08, 2019 by apost team

Bobby Humphreys pasa su tiempo levantando pesas en Boonsboro, un pequeño pueblo de Maryland. Él siempre se ha considerado un fan de los perros de gran tamaño. ¡Eso era parte de su forma de ser! Profesionalmente, se dedicó a la colocación de pisos. Así que Humphreys encajaba en todos los estereotipos masculinos que se nos puedan ocurrir. Incluso se burlaba de las personas que paseaban a sus perros pequeños. Suena bastante típico, ¿verdad? Sin embargo, la vida nunca deja de sorprendernos.

Bobby y su esposa le habían conseguido hogar a muchos Rottweiler a lo largo de los años. Bobby era un verdadero fan de la fisionomía dura e intimidante de esa raza de perro. Él sabe de primera mano cómo suelen ser los hombres: siempre están comparándolo todo. El estatus de un hombre frecuentemente tiene que ver con quién tiene la chica más hermosa, quién puede levantar más peso, quién tiene el perro más grande y quién es más exitoso. Pero todos sabemos lo que se esconde debajo de esos símbolos de estatus: muchos hombres sienten una profunda inseguridad. Tienen demasiado miedo de mostrar sus puntos débiles.

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Bobby siempre ha dicho que lo suyo son los perros grandes. Dice que nunca se le pasó por la cabeza la idea de tener un perro miniatura. Pero fue entonces cuando la vida le dio una bofetada en la cara. Durante la víspera de Año Nuevo de 2016, su esposa lo dejó, lo que lo puso muy triste. Apenas una semana después, su cuerpo también lo traicionó: se lesionó el hombro cuando estaba entrenando en el gimnasio. Los médicos le dijeron que para arreglarlo iba a necesitar cirugía. Comenzó a experimentar un terrible ataque de depresión. El amor de su vida lo había abandonado y ni siquiera podía usar su brazo.

Parecía que nada podía sacarlo de su depresión. Bobby comenzó a beber en exceso para mantener el dolor a raya. Se estaba automedicando. En el fondo, Bobby tenía un espíritu sensible y estaba sufriendo. Por fortuna, finalmente su brazo empezó a sanar y logró estar en condiciones para volver al trabajo. Aún así, la depresión persistió. Fue entonces cuando recibió una llamada de Constance. Era una amiga a la que habían botado de su casa. Ella estaba en trámites de encontrar un nuevo hogar, pero mientras tanto, necesitaba a alguien que cuidara a su perrita, llamada Lady. Así que le pidió ayuda a Bobby.

Al principio, Bobby se mostró renuente. Lady tenía una actitud extraña, y él no quería tener nada que ver con una perra chihuahua. La mantuvo en el kennel por un tiempo. Hasta que se dio cuenta de que Lady lo estaba mirando desde la jaula. Se sintió culpable y la dejó salir. Pensó que al menos se merecía que la dejaran corretear por ahí. Fue entonces cuando Lady lo sorprendió, saltándole encima con alegría. Cuando Connie fue a ver cómo le iba a Lady, se sorprendió al encontrar a la perra acurrucada con su nuevo amigo.

Lady pasó unos meses más con Bobby. Se hicieron inseparables. Él logró mantener a raya su depresión y, gracias a eso, empezó a trabajar más. La perrita le dio una razón para seguir viviendo. Pero por supuesto, Lady tenía que volver a su propia casa. Entonces, Bobby adoptó a Kira. Luego se llevó a dos chihuahuas más. De repente, ¡tenía la casa llena! No podía decirles que no a los simpáticos perritos. Bobby se dio cuenta de que los perros de raza chihuahua recibían maltratos constantemente. Así que decidió crear un santuario llamado Big Guy Littles World.

Hasta ahora, Bobby ha logrado salvar a unos 40 perros chihuahua. Los perritos se han convertido en parte inseparable de su vida. Después de todo, ellos lo salvaron a él. Solo les está devolviendo el favor.

¿Qué piensas sobre la transformación por la que pasó Bobby? Déjanos tus comentarios para conocer tu opinión. Cuéntanos qué te hace levantarte cada mañana cuando te sientes triste. ¡Y no olvides compartir con tus amigos esta adorable historia!