Elefanta espera durante semanas a que su mejor amiga perrita regrese. Solo tienes que ver el momento en el que esta aparece por la esquina

Abr 30, 2019 by apost team

Los humanos, a veces, cometen el error de asumir que son las únicas criaturas inteligentes que habitan el planeta. En realidad, hay innumerables especies capaces de pensar de forma compleja, o que incluso son capaces de reconocerse a sí mismas.

Los elefantes pertenecen a uno de estos grupos de animales. National Geographic afirma que el cerebro de un elefante es, en algunos aspectos, similar al de un ser humano. Por ejemplo, los elefantes pertenecen a una de las pocas especies que pueden reconocerse en un espejo, ¡igual que los humanos!

La inteligencia no es la única área en la que los elefantes se parecen a los humanos. Los elefantes también son increíblemente sociales. Aunque no tienen un lenguaje complejo, se comunican con otros miembros de su manada a través de sonidos y de gestos.

A través de estas variadas formas de comunicación, los elefantes pueden advertir a los demás sobre cualquier potencial peligro y también pueden comunicarse con sus hijos.

De forma similar a la de los humanos, estos enormes mamíferos terrestres tienen un lado juguetón y emocional.

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Muchas elefantas ancianas son llevadas al Santuario de Elefantes en Hohenwald, Tennessee, una vez se enferman. En este ambiente espacioso y seguro, estas elefantas reciben atención las 24 horas del día por parte de expertos que atienden todas sus necesidades.

Estas elefantas mayores tienen el lujo de pasar sus últimos días en este paraíso. Actualmente, el santuario alberga a 10 elefantas de una ya avanzada edad.

En lugar de abrir este espacio al público, los organizadores decidieron preservar este entorno para las elefantas. Aquí son libres para jugar y divertirse todo el día sin la presencia de molestos humanos.

Aunque las 10 elefantas se llevan bien en general, algunas han creado lazos amistosos bien especiales entre sí. Sin embargo, una elefanta llamada Tara ha establecido la relación más profunda de todas. Tara se ha hecho muy amiga de una joven perra llamada Bella.

A estas dos amigas tan distintas les encanta pasar todo su tiempo juntas. Por desgracia, sus reuniones de juego se vieron interrumpidas cuando Bella se lastimó la espalda. No pudo caminar durante tres semanas y pasó todo ese tiempo en un centro de tratamiento.

Tara estaba triste al ver a su amiga pasar por tanto sufrimiento y dolor. En lugar de estar paseando por su bello hogar de aproximadamente 7.000 km², la leal elefanta esperó pacientemente a que su amiga saliera del centro médico. Tara no abandonó ese punto durante casi tres semanas hasta que su mejor amiga finalmente regresó. Ahora, la elefanta de 35 años está feliz como una perdiz.

¿No es conmovedor ver cómo una amistad tan insólita entre dos especies distintas puede existir? Si esta historia te ha parecido inspiradora, asegúrate de compartirla con tus familiares y amigos y con todos aquellos amantes de los los animales que conozcas.