"Buenas noches, mi amor", le dijo Robin Williams a su esposa antes de morir

Dic 27, 2019 by apost team

Cuando Estados Unidos perdió a uno de los comediantes y actores más brillantes de todos los tiempos, las lágrimas de risa se convirtieron en lágrimas de tristeza. Robin Williams se suicidó en 2014, y muchas personas, incluyendo su esposa, asumieron que la depresión había sido la causa. Desde entonces hemos ido comprendiendo un poco más su partida.

Al principio, Susan Schneider Williams publicó un comunicado con la esperanza de que el foco de atención se centrara en la alegría que su esposo le había llevado a millones de personas, y no solo en su muerte. Hoy en día, Susan está centrada en crear conciencia sobre la culpable de la muerte de su marido.

No fue sino hasta octubre de 2015 cuando ella dio su primera entrevista, a la cadena ABC. Brindó un emotivo relato sobre lo que realmente mató a Robin Williams, y sobre los últimos momentos que vivió a su lado.

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Todo apunta a que las circunstancias que rodearon la muerte de Williams fueron mucho más allá de una faceta singular de la depresión. Nadie, ni siquiera el propio Williams, sabía cómo se llamaba el problema neurológico que estaba experimentando.

En 2016, Susan escribió un editorial especial, titulado El terrorista dentro del cerebro de mi esposo, con la esperanza de hacer una diferencia en el campo de las enfermedades cerebrales. Ya han pasado más de cinco años desde que Robin Williams murió, y Susan nos ha ofrecido un cuadro más completo sobre los problemas que lo condujeron al último episodio de su vida.

Durante el año anterior a su muerte, Robin había estado luchando contra una serie de síntomas, como dificultades urinarias, estrés, acidez estomacal, dolor de estómago, insomnio y un extraño temblor en la mano izquierda que iba y venía, y que variaba mucho en intensidad. Esto, combinado con delirios, ansiedad y un miedo desbordante, hizo que terminara preguntándose si era un hipocondríaco.

Se hizo muchas pruebas, pero todas resultaron negativas. Se sometió a tratamientos basados en psicoterapia y medicamentos antipsicóticos, pero sus síntomas neurológicos empeoraron en vez de mejorar, de acuerdo con el artículo que publicó Susan en Neurology.

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Durante la filmación de la película "Noche en el Museo 3", a Robin se le hizo difícil recordar las líneas, y no podía controlar su ansiedad. Susan dijo que su esposo no se calmaba, por más que ella trataba de tranquilizarlo. Eso nunca le había pasado en su relación de siete años. Ella describió su matrimonio con Robin como "el mejor amor que jamás haya podido soñar".

Robin solo quería que su cerebro pudiera "reiniciarse", pero era consciente de que estaba perdiendo la cabeza. Sin embargo, parecía incapaz de detener el avance de su condición.

Los doctores le hicieron todas las pruebas habidas y por haber, pero todas resultaron negativas. La única anormalidad eran sus niveles de cortisol. Fue unos tres meses antes de su muerte cuando finalmente le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson. Pero más tarde Susan se enteraría de que ese diagnóstico solo era la punta del iceberg, tal como lo señala en su artículo.

Durante los tres meses siguientes, Robin Williams se sometió a varias terapias y entrenamientos contra el Parkinson, recomendados por los mejores especialistas. Sin embargo, sus síntomas no se aliviaron.

Su esposa explicó que muchas veces podía estar normal, pero en un minuto podía entrar en un estado de confusión absoluta. Su capacidad de razonamiento básico estaba en constante declive. Se la pasaba cansado, y tanto él como Susan sentían que se ahogaban entre los síntomas.

Robin Williams (2006), (Peter Kramer/Getty Images Entertainment via Getty Images)

El fin de semana antes de que Williams muriera, Susan tenía muchas esperanzas. Habían disfrutado de un hermoso sábado haciendo todas las cosas que les gustaban. El domingo por la noche Robin le dijo "buenas noches, mi amor" antes de acostarse. Ella nunca se imaginó que esas serían sus últimas palabras, según escribió en su artículo.

Susan tuvo que esperar el informe de la autopsia, tres meses después, para entender lo que había pasado. Robin había sufrido todos y cada uno de los más de 40 síntomas de la Demencia con Cuerpos de Lewy (DCL), la segunda causa de demencia más común por detrás de la enfermedad de Alzheimer. La gravedad de la DCL de Robin fue identificada como una de las peores que se hayan registrado.

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Aunque Susan siente que el equipo médico de Robin estuvo cerca de diagnosticarle la DCL, ella se pregunta qué diferencia habría hecho ese diagnóstico. Después de todo era una condición incurable, y tal vez le quedaban tres meses más de vida, pero probablemente habría tenido que estar bajo cuidado supervisado durante todo ese tiempo. ¿Los cuidados iban a prolongar e intensificar lo que ya era una agonía insoportable?

Actualmente Susan está enfocada en aprender todo lo posible sobre esa condición. Dejó de ser una simple viuda, y ahora es una activista. Entró en la junta directiva de la Fundación Estadounidense del Cerebro. Su esperanza es que su caso pueda servir de motivación para que se lleven a cabo acciones más significativas, con el fin de encontrar una cura a esta enfermedad neurodegenerativa.

¿Alguna vez habías oído hablar de la Demencia con Cuerpos de Lewy? ¿Alguien de tu familia ha tenido que combatir alguna enfermedad neurológica? Déjanos tus opiniones en la sección de comentarios, y no te olvides de compartir esta historia con tus contactos, para apoyar los esfuerzos de Susan.