Aprovecha estos ocho consejos nutricionales para eliminar los fluidos indeseados en tu cuerpo

Jun 01, 2018 by apost team

La hinchazón no es una experiencia poco común, especialmente en los pies, las piernas y el abdomen. Algunas personas ni siquiera pueden usar sus propios zapatos o ropa con botones cuando experimentan hinchazón o, en términos médicos, edema. Básicamente se debe a la retención de agua y la acumulación de líquido en los tejidos blandos.

Hay una serie de causas y varios consejos nutricionales para ayudar a deshacerse del exceso de líquido resultante.

Muchos factores de salud, procesos sistémicos e incluso las cosas que comemos y los medicamentos que tomamos pueden causar la retención de líquidos, como por ejemplo:

Menopausia, síndrome premenstrual, embarazo, mala nutrición, alta ingesta de sal, deshidratación, insuficiencia venosa, inactividad, estrés, alergias, ansiedad, desequilibrios hormonales, hipertensión, enfermedad cardíaca, enfermedad renal, enfermedad pulmonar, enfermedad tiroidea, artritis, medicamentos (como anticonceptivos), etc.

A medida que el líquido se acumula, la parte del cuerpo afectada puede tornarse visiblemente hinchada, roja y abultada. Las articulaciones cercanas pueden ponerse rígidas o incluso inmóviles. La presión sanguínea y el pulso también pueden aumentar. O bien, puedes tener una sensación más generalizada de estar demasiado lleno o hinchado.

Ten en cuenta que la retención de líquidos severa y prolongada puede ser un signo de un problema cardíaco o renal grave y potencialmente mortal que requiere intervención médica inmediata. Pero, para problemas cotidianos de hinchazón y retención de líquidos, aquí hay ocho trucos dietéticos para deshacerte de ese líquido excedente.

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La sal es una gran responsable de la retención de agua, y alrededor del 90% de las dietas estadounidenses son demasiado altas en sodio, de acuerdo con los CDC. La sal regula el volumen de agua de tu cuerpo por ósmosis. Básicamente, como la sal pasa a través de las membranas y los vasos, el agua la sigue. La circulación lleva la sal para que los riñones la filtren a través de la orina. Pero, cuando cualquiera de estos procesos (riñones o circulación) se vuelven lentos o hay demasiada sal para transportar, la sal y su agua quedan atrapados en los tejidos y causan hinchazón.

El Departamento de Agricultura recomienda no más de 2.300 mg de sal por día, y otras organizaciones, como la Asociación Estadounidense del Corazón, recomiendan que los grupos en riesgo consuman menos sal.

El perejil es un antioxidante rico en vitaminas B, calcio y hierro. Este es el truco: comerlo a diario puede ayudar a que el sodio y su agua sean reabsorbidos por el cuerpo. Agrégalo a tu comida o prepara una infusión con una taza de agua hirviendo y un puñado de perejil; cuélalo y bebe varias veces al día.

El zumo de limón fresco es otro antioxidante, pero su verdadero potencial de lucha contra la retención de fluidos proviene de sus propiedades diuréticas naturales. Puede ayudar a limpiar el cuerpo del exceso de líquidos y toxinas. Los estudios han demostrado que la ralladura de limón promueve las secreciones de líquidos en los pulmones y el plasma sanguíneo. Agrega un limón recién exprimido a tu infusión de la mañana o a un vaso de agua templada y no tengas miedo de agregar la ralladura si tienes tiempo.

No es la infusión que más eligen, pero esta ha sido usada por las tribus nativas americanas y árabes para ayudar a que el hígado y los riñones funcionen mejor para eliminar las toxinas. ¿Cómo? Su contenido de potasio la convierte en un diurético natural. Pero ten cuidado, porque la raíz del diente de león es bastante amarga, es un alérgeno común y puede interactuar con algunos medicamentos recetados, como diuréticos y litio.

El vinagre de sidra de manzana sin filtrar es otra forma de eliminar las toxinas. Su contenido de potasio y magnesio lo convierte en un potente diurético. También es una sustancia alcalina que puede ayudar a neutralizar el gas y la hinchazón del malestar gastrointestinal que implica una sobrecarga de ácido estomacal. Mézclalo con aceite de oliva para una ensalada o agrega un poco a un agua tibia con limón.

El ajo es otra opción diurética natural para ayudarte a hacer que el exceso de líquido circule. Es una fuente de nutrición poderosa, capaz de reducir las reservas de grasa en el hígado y relajar las arterias para una mejor circulación. Trata de cocinar con él a diario.

Estas pequeñas semillas están repletas de vitaminas A, C y K, magnesio, tiamina, riboflavina, calcio, ácido fólico y hierro. Más allá de ser un diurético, el cilantro también tiene los componentes esenciales del aceite cineol y ácido linoleico, que han demostrado ser útiles en afecciones reumáticas y artríticas inflamatorias.

Estas son ricas en potasio con fines diuréticos. Las propiedades antiácidas estimulan la secreción de jugos digestivos y gástricos que pueden ayudar a reducir la inflamación y los gases en el intestino.

¿Has estado sufriendo de acumulación de líquido? Cuéntanos tu historia, lo que has hecho con éxito y lo que no tanto, y cuál de los anteriores planeas probar. ¡Envía este artículo también a tus seres queridos para hacerles la vida más fácil!

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